Cuando Sarah "Red" Ryder pierde su trabajo como crítica de arte para un períodico de Boston, está abatida. ¿Lo peor de eso? Está en bancarota. Su novio la dejó recientemente -por un ardiente y tatuado tipo- así que está atorada pagando sola la considerable renta de su departamento. Después de dos meses sin empleo, ya no queda dinero. Sin familia cercana a la que recurrir, Red recurre a su abuela lejana, una huraña escritora que vive en una isla a las afueras de la costa de Charleston. Varios días después, Red recibe $30,000 y una invitación a visitarla.
James Wolfe no es la abuela de Red. Pero le interesa. Red tiene la habilidad de darle algo que necesita. No aceptará un "no" como respuesta, y no le importa fastidiarla. Él perdió su consciencia hace seis años, cuando fue juzgado por la muerte de su esposa. Desde entonces, la vida se trata de él -y las pinturas que hace bajo el misterioso seudónimo "W."
Wolfe necesita la isla para seguir pintando. Para vivir su vida lejos de ojos entrometidos. Para mantener el anonimato de "W."
Una vez que ve a Red, descubre que también la necesita. Y Wolfe la tendrá. De cualquier modo que pueda.
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